jueves, 31 de julio de 2008

HOY ES SAN YO


Así es. Hoy es mi onomástica, el día que la Iglesia Católica, Apostólica y Romana dedica a mi tocayo que canonizaron en el siglo XVII, mi santo, coño. Y como los santos no tienen edad, y yo he decidido que tampoco quiero tener edad, porque si lo pienso soy bastante atemporal, he tomado la determinación de no volver a celebrar mi cumpleaños, sino que de ahora en adelante celebraré mi nombre. Celebrar el cumpleaños a partir de determinada edad es un ejercicio de masoquismo de muy mal gusto, porque además de resultar bastante pagano celebrar el día en que uno nació (como si uno fuera Zeus o Juno), recordarte la edad, y lo que es peor, recordar que ya queda menos tiempo para irnos de este valle de lágrimas (lo será para algunos porque yo me lo paso generalmente bastante bien), no es lo más conveniente. En cambio celebrar tu nombre, es celebrar tu identidad, celebrarte a ti mismo y tu existencia, sin referencias temporales. ¿Qué más da haber nacido un día u otro, qué tiene de especial ese día? Sin embargo, celebrar tu nombre cada vez me parece algo más chic. Posiblemente acabará siendo tendencia. Así que avisados quedáis que este año no hay cumpleaños de Hindell. Celebraré el próximo 31 de julio mi Nombre, que además cae en verano, con casi todo el mundo de vacaciones y muchas más oportunidades de juerguijolgorio. De tal manera que este periodo que media entre el 1 de agosto de 2008 y 31 de julio de 2009, lo declaro oficialmente año ignaciano, y la foto o estampa oficial es la que encabeza el presente post (pa ególatra yo).

3 comentarios:

Exclusive Weddings dijo...

Pero si te lo dije yo y se me ha pasaoooooooooooooooooooooooooooooooooooooo.

...felicidades..:(

necesitamos vacances urgentemente

Te invito a mi nuevo bloc ;) (sí,és en mi lengua materna, de momento):

www.lydiapeters.wordpress.com

Línkame pleaaaaaase.

Mua!

Anónimo dijo...

Nene.. I'm so sorry
felicidades amor
Lo celebramos este sábado
Un besito
Male

gaspashá gorkovskaya dijo...

Tienes razón, la edad es algo inventado por el hombre para tratar de no perderse en el tiempo -que no tiene ni principio ni fin-. Así que, a pesar de que todo merece celebración y diversión, lo de cumplir años, así como las fronteras, es una invención del hombre a la que no hay que hacer el menor caso. Muchas felicidades.