La voz más cálida de la radio valenciana nos amenizó la velada del sábado durante la cena en el Turangalila. Con ella nos emocionamos, nos reímos, bebimos y comimos, fue en definitiva una noche perfecta, que nada podía empañar. Bueno si obviamos, claro está, la mesa de señoras atscadas que no sabían muy bien dónde se habían metido (hasta nuestra mesa llegaba la peste a laca Nelly), o la otra mesa cuyo motivo de celebración era el nombramiento de una de las comensales como Camarera de la Virgen de Requena (para que luego nos comamos la cabeza los demás con nuestros gustos). Esa señora debería haber venido a ver a los Putilatex).
Después del maravilloso espectáculo, ya lo he decidido, Lydia. Te lo dije anoche, y esta mañana lo pongo por escrito: me proclamo Presidente del Lydia Peters Fan Club.
Luego en Calcata pudimos apreciar unos digestivos -por si no llevábamos ya tralla en el body- y como Europa nos regaló una hora más, pues, qué diablos, la aprovechamos. He de señalar, porque he recibido expreso permiso de la interesada, que en las fotos de Calcata, por un perverso efecto del flash resaltan los atributos de la Peters, que a la gran voz añade además otras grandes razones para seguir su estela.
Dios, qué lunes me espera...
Después del maravilloso espectáculo, ya lo he decidido, Lydia. Te lo dije anoche, y esta mañana lo pongo por escrito: me proclamo Presidente del Lydia Peters Fan Club.
Luego en Calcata pudimos apreciar unos digestivos -por si no llevábamos ya tralla en el body- y como Europa nos regaló una hora más, pues, qué diablos, la aprovechamos. He de señalar, porque he recibido expreso permiso de la interesada, que en las fotos de Calcata, por un perverso efecto del flash resaltan los atributos de la Peters, que a la gran voz añade además otras grandes razones para seguir su estela.
Dios, qué lunes me espera...