Desde que los conocí por una de esas casualidades de la vida -las mismas que hacen que se te cruce en tu vida Manolita Trasobares- sólo albergué un deseo: verlos en directo.
La semana pasada, mi retiro en Teruel me impidió verlos actuar bajo el puente de Calatrava, y por eso este fin de semana tenía que ir al Mill Club como fuera.
El momento más catártico lo viví con el hit "He visto a la Virgen", y el colofón se puso con "Mira una moderna".
Me acompañaba Jorge, que había venido desde Cartagena, y al que los Putilatex han ganado como fan incondicional.
A la salida del Mill, no se sabe muy bien cómo me encontré con Nacho, que me arrastró nuevamente al lado más salvaje de la noche valenciana.
He de advertiros a todos una cosa: mi resistencia tiene un límite y creo que estoy llegando a él.
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