El viernes fue una noche del Ampurdà en toda regla. Lydia cantaba en Pachá unas variaciones sobre ritmos brasileños, y aunque quien suscribe tenía que madrugar el sábado, nos dijimos el tan consabido Per què no? y quedé con la artista para recogerla ir primero a Ópera para ir haciendo camino.
Pero, oh destino, la batería de mi coche había decidido descargarse (quizá estimulada por un descuido de nada al no apagar los faros), y me encontraba literalmente tirado. A las doce de la noche empecé a llamar a todo aquel que consideré capaz de tener pinzas de batería, y que además supiera usarlas. Nadie respondió a la llamada, y los que lo hicieron no tenían las pinzas. Paré taxis que no me solucionaron nada. Como estaba en la calle Almazora, llegué a plantearme la posibilidad de entrar en el Mos de Eva y preguntar a alguna de las clientas (estoy convencido de que todas llevan caja de herramientas bien surtida en el bolso). Al final Malena (gracias, gracias, gracias) apareció con su primo recién aterrizado pero que a pesar de la buena voluntad tampoco llegamos a arrancar el coche. En fin que después de un periplo que os voy a ahorrar, vino una grua y me solucionó la papeleta. De ahí, para quitarnos el mal gusto fuimos a Opera a recoger a Lydia. Las fotos pertenecen a ese momento. Después acudimos a Pachá donde Lydia fue la joya más reluciente de la noche. En algún momento de la actuación me llegué a imaginar a Lydia como una amazona a la que los indígenas obedecían al ritmo de sus improvisaciones sobre ritmos brasileños. O. remito a la página de Lydia para ver las fotos y comprender la metáfora tan cursi: http://www.lydiapeters.blogspot.com/
2 comentarios:
Si te quiero más reviento....
Hacemos algo el miércoles con las chicas,eh?
Besos
De nada cariño.. no hay nada que no te merezcas.
Un besazo amore.
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