El domingo fue un día duro. Después de la tormenta llega la calma, pero además las lluvias suelen dejar la calle hecha un lodazal. Tras dedicar un par de horillas a recomponer la casa y practicar sobre el frío cuerpo de Belén todas las técnicas reanimatorias que conozco, fui con Raquel al concierto de Dover, al que nos habían invitado Raúl y Alejandro. Y como el cuerpo pedía aún más guerra quedamos con Lydia en la Falla de Grabador Esteve para dar cuenta de las invitaciones que se me habían asignado. Nos dieron las 4 y quedé literalmente cojo después de saltar como loco en la carpa del casal. No dejo de pensar en qué estado voy a llegar a Cartagena el próximo jueves......Señor, dame fuerzas!!!!
miércoles, 19 de marzo de 2008
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