lunes, 11 de febrero de 2008

OLOR A FALLAS


Estos fines de semana están siendo especialmente soleados en Valencia. La temperatura de la Plaza del Ayuntamiento a mediodía ya comienza a recordar al clima de marzo, parece que vaya a prenderse una mascletà a las dos. Cada vez me gusta más el ambiente que se crea en torno al barrio del Carmen, mi queridísimo barrio, y al resto de Ciutat Vella: lleno de turistas, terrazas a reventar, y un salteado de falleras. A veces a las Fallas las imagino como una enfermedad, y las falleras son sus síntomas. Conforme se va acercando la Semana Fallera, comienzan a verse más chicas vestidas, o sólamente peinadas, pero en cualquier caso, te recuerdan que cada vez queda menos para las Fallas. 
Este fin de semana que vino mi primo Alfonso de Madrid, el tiempo nos regaló un domingo de primavera-verano y dos falleras que tuvieron la gentileza de inmortalizarse con Alfonso.
Este año, las fallas prometen: muchos días, muchos amigos y muchas ganas, pero ganas de hacer algo distinto: se admiten propuestas.

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