Ayer cometí el error de opinar sobre algo de lo que no sé: sexo. Más que no saber, sobre algo de lo que hay quien piensa que no sé. Ese alguien resultó ser una sexóloga, que al parecer sabía de sexualidad lo que nosotros (los de la foto y la que falta, Lydia) sólo podríamos imaginar. Después de quedarnos todos con la pilila enfundada, y de pasar un rato muy divertido en el programa de Lydia, escapamos a un local cuyo nombre desconozco, que está al lado de Murray y que fue todo un descubrimiento por su música y su público. La cosa duró hasta las 6, que es muy buena hora para recogerse.
Volviendo a la sexóloga, hoy me planteaba qué hubiera pasado, si Lydia hubiera sentado en la misma mesa a la señora en cuestión y a Manuela Trasovares, hablando del poder de la carne y de la mujer vestida en toda su lujuria......ahí queda la propuesta
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